sábado, 3 de septiembre de 2022

Libro de texto de Georg Feuerstein

 Libro de texto de Yoga

(breve descripción del yoga) Primera parte
Georg Feuerstein

Georg Feuerstein


Observaciones preliminares

El termino Yoga

La palabra Yoga se usa frecuentemente en la literatura sanscrita. Ya se la empleaba de muchos modos en el antiguo Rigveda, el antiquísimo hilo literario de los indoeuropeos. El vocablo deriva etimológicamente de la raíz verbal yuj, que significa “atar junto, uncir”, y puede tener muchas connotaciones como “unión, conjunción de estrellas, regla gramatical, esfuerzo, ocupación, grupo, equipo, medio, treta, magia, agregado, suma”. Se relaciona con el vocablo ingles yoke, el francés joug, el alemán joch, el latín lugum, el ruso igo, el español yugo el sueco ok.

En su sentido especifico, la palabra yoga se refiere a ese enorme cuerpo de preceptos y técnicas espirituales que creció en la India durante mas de varios milenios y que puede considerarse como el substratum mismo de la vida cultural del hombre indio. Así, yoga es el nombre genérico de los diversos senderos indios de “unificación” o de la transformación de la consciencia. Es una dimensión especifica de la mente india, pero a modo de extensión el vocablo yoga puede aplicarse también a movimientos como los inspirados directa o indirectamente por las fuentes indias, como el yoga tibetano (budismo Vajrayana) y yoga chino (taoísmo). Sin embargo, es engañoso hablar de yoga hebreo o cristiano.

En ocasiones, el termino yoga se usa también en las escrituras sanscritas para denotar la meta real del yoga: que es la realización de la Realidad Trascendente.

La palabra Yogin

La palabra yogin o yogi (en el nominativo), derivada de la misma raíz verbal que yoga, se aplica al practicante del yoga que puede ser un novicio o un adepto. La practicante femenina se le llama yogini. Esta representa un papel principal en la unión sexual ritual de ciertas sectas del Tantrismo.

El ascenso espiritual del yogin tiene lugar en una serie de distintas fases o etapas. El famoso filosofo Vedanta Vijñana Bhikshu, que vivió en el siglo XVI, en su Yoga-SaraSamgraha (compendio de la Esencia del Yoga) distingue entre los siguientes grados:

  • 1.      Quien desea la vida espiritual (arurukshu)
  • 2.      Quien está practicando realmente (yuñjana)
  • 3.      Quien ha ascendido en el Yoga (yoga-arudha) también se lo llama “uncido” (yukta) “el de firme sabiduría (stita-prajña).

El Bhagavad-Gita, la obra mas antigua y popular sobre el Yoga, caracteriza al novicio (arurukshu) y al adepto (yoga-arudha) con estas palabras:

Para el sabio que desea ascender en el yoga, se establece la acción como medio. Para quien ascendió en el Yoga, se dice que la serenidad (sama) es el medio.

Cuando él controlo la mente y está establecido solo en el Yo (atman), vacío de todos los deseos, entonces se dice que es un “uncido” (yukta).

En los tantras se hace una distinción entre el “realizador” (sadhaka) y el “perfeccionado” (siddha) que alcanzo la emancipación, el pináculo del “sendero hacia la realización” (sadhana). Tanto en los diversos Puranas y Agamas como en las escrituras del Hathayoga se emplea otras clasificaciones. Además, los sistemas heterodoxos de la India, como el budismo y el jainismo, tienen sus propias escalas de logro espiritual y adaptado. Se hallará una interesante división cuádruple en el Yoga-Bhashya, el mas antiguo comentario existente sobre el Yoga-Sutra de Pantañjali:

  • 1.      Prathama-kalpika el neófito de la primera etapa
  • 2.      Madhu-bhumika quien esta en la etapa deliciosa (literalmente de miel)
  • 3.      Prajña-jyotis quien alcanzo la luz de la sabiduría
  • 4.      Atikranta-bhavaniya quien esta a punto de trascender.

La ultima etapa conduce directamente a la realización de la meta suprema de la “soledad” (kalvalya) en el sentido de la realización del Yo trascendente (purusha), la esencia del hombre. Este es el grado supremo de la perfección espiritual y la consumación de la vida del yogin que sigue el sendero del Yoga clásico como la enseñara Patañjali.

jueves, 1 de septiembre de 2022

Bhakti Yoga

Enseñanza de Swami Vivekananda sobre el Bhakti Yoga

El camino a la devoción

Acorde con la mentalidad particular de cada aspirante espiritual, hay un sendero correspondiente. Para aquellos en cuya naturaleza prepondera la emoción, el sendero recomendado es el de la devoción, el aspirante es conocido como devoto. Elige su ideal, ya sea solo o aconsejado por quien conozca bien toda la trayectoria de ese sendero y ayuda al principiante hasta que venza todas sus dudas y progrese con seguridad y percepción inequivoca.
La gran mayoria de los religiosos, de cualquier parte del mundo, practica la devoción. Esos devotos comienzan su vida religiosa por necesidad y por temor. Los sacerdotes profesionales de las distintas religiones presentan, a Dios únicamente como Creador y Todopoderoso, y los fieles cumplen con sus deberes religiosos rezando sin sentir sus plegarias, haciendolo casi mecanicamente y piden constantemente a Dios todo lo que necesitan en su vida, menos la presencia Divina en sus propios corazones. Justamente por eso, muy a menudo se ve que los llamados devotos que no son nada mas que adherentes ocasionales o durante un largo período de sus vidas, no se levantan y liberan de su crónica y multiple necesidad y creciente temor al infierno.
Es una lastima que los sacerdotes de las distintas religiones, sean estos purohits hindúes, rabinos israelies, moulavis islamicos, padres o pastores de las iglesias cristianas, no ayuden a levantar la mente de sus feligreses por sobre las necesidades puramente fisicas y sigan manteniendolos ignorantes del verdadero aspecto devocional de la religión, que es amar a Dios. Sólo por creciente amor a Dios el hombre se transforma radicalmente, ese gran amor destruye todas las limitaciones.
En el Bhakti Yoga, Swami Vivekananda, por su propia realización de la devoción a Dios, explica claramente todos los puntos acerca de este sendero. Como todos los seres superiores que viven en constante comunión con Dios. Swami Vivekananda no era sectario. En todos sus dichos y escritos se nota el sello de lo universal. Sus palabras siguen aleniando a todos los sinceros aspirantes a la vida espiritual.
La ignorancia de que realmente, somos seres, envueltos momentaneamente por el intelecto, mente y cuerpo, nos ha dejado en el estado de necesitados. El ser es siempre inmaculado, siempre libre de toda limitación. Ser consciente de la limitación y tener el anhelo de salir de esa red de limitaciones, es lo que constituye la vida espiritual o religión. Uno de los senderos que lleva al caminante espiritual a dejar atrás su estado limitado y a olvidarlo totalmente, es el de la devoción. Al principio no es muy difícil practicar la devoción. El devoto trata de creer que Dios perdonará sus equivocaciones, le dará todo lo que le pida y que, al final, le salvará de todos los sufrimientos. Siguiendo los mandamientos de la escuela religiosa a que pertenece, obedece a los evangelios y dichos de sus Encarnaciones Divinas, profetas, santos y santas, y les rinde culto y sobre todo profesa que Dios es Personal o Impersonal y, así sigue con sus cultos que no son más que rezos, visitas a los templos, oir los consejos o sermones de los sacerdotes: a eso le llama cumplir con la vida religiosa. Pero, esas practicas puramente externas, donde no hay verdadera dedicación, no transforma a esos practicantes en devotos. Estos practicantes no olvidan su personalidad, su posición social, sus afectos y apegos con sus familiares y conocidos, sus luchas, conquistas y derrotas en la busqueda del bienestar, el renombre y la fama ocupan un predominante lugar en sus pensamientos y anhelos, tanto que, a veces, los lleva a conquistar titulos religiosos, ya sean hindúes, mahometanos o cristianos. Como no dejan la orientación y la vanidad, quieren dichos titulos, para que se les reconozca como grandes religiosos.
Se muy bien que los seres humanos en su gran mayoría, son dominados por el ambiente socio económico político. Por eso, cuando veo que la vida religiosa se convierte en otra ligadura más, siento una profunda pena y no se puede evitar el desaliento que nos producen los muy estrechos y equivocados predicadores y sus ignorantes seguidores.
La verdadera vida espiritual es una necesidad personal, muy intima, que no tiene nada que ver con el ambiente o la familia en que uno nace, pobreza o riqueza, la creencia o el ateísmo familiar, no tiene ninguna importancia con relación a la necesidad de conocer y amar a Dios en su aspecto personal o impersonal. Es un error concebir a la religión como un sentimiento de comunidad. Debe decir un devoto, con firmeza de convicción: soy cristiano porque mi Fe en Jesucristo es inquebrantable, lo amo y he dedicado mi vida a Él, sino, el nuevo nacimiento en una familia cristiana, sin seguir el evangelio del Salvador y sin sentir su Presencia en el corazón, le hara un cristiano nominal o tal vez peor, un cristiano fanático. Lo mismo ocurre con la gente de otras religiones. Estos hindúes, cristianos, mahometanos e israelies, lo unico que hacen es el inutil y muy pernicioso trabajo de menospresciar a las personas de otras religiones y los templos de Dios se convierten en semillero de ideas irreligiosas. La religión jamás debe ser impuesta. ¿Cuantos de nosotros comprendemos que la vida religiosa comienza con la renunciación de toda idea material y al mismo tiempo, con el progresivo anhelo de unirse con Dios?. Además, los instructores y consejeros religiosos deben comprender que no es bueno aconsejar la "unica fórmula" de adorar a Dios. De ahí nace la idea del dogmatismo que muchos aborrecen. Ningun consejero espiritual debe llevar, ni remotamente, ideas de sectarismo. Amor a Dios según el precepto de la religión a que se pertenece es muy bueno, pero, demostrar la adhesión que se tiene por su religión vituperando a las personas que pertenecen a otra religiones, es positivamente malo.
Swami Vivekananda ha clasificado la devoción en dos partes: la inferior y la superior. La devoción superior tiene un solo tema: Amor, y la practica correspondiente es una progresiva dedicación por el amor. En ese campo, el devoto ofrece su todo al Bienamado, considerándolo como su muy querido Padre, Madre, Amigo, Hijo y el único receptáculo de todo su amor y atención y literalmente, se sumerge en Él, y así, se purifica de su limitada personalidad y sintiendo intimamente su amorosa Presencia lo ve en todo y como todo, y se siente bienaventurado. 

Swami Vivekananda




Empezando por el principio

Se puede decir que el inicio en el conocimiento del yoga para el mundo de occidente comienza a raíz de la visita y difusión del místico pensador indio Swami Vivekananda a los Estados Unidos de América, en el siglo XIX.

Nacido en Calcuta, 12 de enero de 1863 – y fallecido en Belur Math, 4 de julio de 1902.

Swami Vivekananda


Fue un pensador, místico y líder religioso indio, discípulo de Ramakrishna, fue el primero y más famoso de los líderes espirituales indios del siglo XIX.

Propagó por Occidente la escuela hinduista de aduaita (no dualidad) de la doctrina vedanta y en 1897 fundó la organización Ramakrishna Mission y dos años después la orden monástica Ramakrishna Math. Viajó a Chicago en 1893 para participar en el Parlamento Mundial de Religiones, en el que fue orador. Tras el Congreso se dedicó a difundir su mensaje por varias ciudades de Estados Unidos y escribió diversos libros sobre el mensaje de la escuela vedanta. Introdujo simultáneamente el yoga y el vedanta en Estados Unidos e Inglaterra con sus conferencias, seminarios y discursos privados de doctrina vedanta.

J. H. Wright, profesor de griego en la Universidad de Harvard, animó a Vivekananda a representar el hinduismo en el Parlamento Mundial de las Religiones de Chicago de 1893. Cuando el swami expresó reservas diciendo que no tenía ninguna credencial, el profesor respondió: «Pedirle credenciales, swami, es como preguntarle al Sol sobre su derecho a brillar». Escribió una carta recomendando a Vivekananda al presidente del comité de selección de delegados diciendo: «Este hombre sabe más que todos nuestros doctos profesores juntos».

Vivekananda fue bien recibido en el Parlamento Mundial de las Religiones de Chicago, donde dio una serie de conferencias. La audiencia se levantó del asiento y le ofreció un caluroso aplauso de dos minutos al comenzar su discurso con las famosas palabras «hermanas y hermanos de Occidente». Cuando terminó el aplauso, el swami empezó su discurso dando gracias a la joven nación «en nombre de la orden monástica más antigua del mundo, la orden vedántica de los saniasins (monjes renunciantes)». Un periódico le describió como «orador por derecho divino y sin duda la figura más grande del Parlamento». La llegada de Vivekananda a los Estados Unidos ha sido identificada por muchos como el principio del interés occidental por el hinduismo, no como singularidad oriental exótica sino como tradición religiosa y filosófica vital que puede realmente tener algo importante que aportar a occidente

Libro de texto de Georg Feuerstein

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